¿Qué es un mandala?

El mandala es un símbolo que en las distintas culturas y épocas alude al camino hacia la unidad del ser.

Mandala es una palabra que en idioma hindú, quiere decir círculo. Algunos lo llaman «el laberinto de los círculos».

 El mandala no es una realidad formal cerrada sino que está presente tanto en la naturaleza como en los productos de las diversas culturas de las diferentes épocas.

Es así como lo encontramos en los átomos y células de nuestro cuerpo, las telas de arañas, en las danzas tribales o en los valses vieneses.

La utilización de los mandalas se remonta desde los tiempos antiguos, hay grabados en las pirámides egipcias donde muestra que utilizaban la fuerza de los mandalas para su concentración, energetización del lugar, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia. Hay papiros que muestran la utilización de mandalas dentro de las casas para mejor captación de la energía y crear ambiente de armonía y balance, o para transmutar la energía negativa en positiva.

 También se han encontrado vestigios de las civilizaciones druidas (España), que usaban mandalas.

 En la civilización china, tambien hay varias formas de mandalas , aún hoy son usados con el sentido de generar abundancia y prosperidad en el trabajo o para fortalecer la salud.

 Las tribus indias antiguas e incluso en la actualidad, continuan utilizando los mandala preparados con hilos de colores y plumas de diversas aves en México.

 Pirámides de distintas culturas que también muestran mandalas en círculo.

En ciertas tradiciones fue usado para fomentar el valor ante cualquier situación, y desde tiempos remotos, los mandalas fueron eran utilizados por los sabios, y sacerdotes en sus meditaciones y sanaciones.

El mandala es experiencia.

El mandala es estructura universal, no pertenecen a nadie pero es de todos.

El mandala es movimiento.

El mandala es convergencia y divergencia.

El mandala es conocimiento.

El mandala es meditación, medi-tación, gira alrededor del medio.

La definición literal de la palabra sánscrita mandala es círculo, en Tíbet también se traduce por centro o lo que rodea.

El centro verdadero del círculo es un punto que como carece de dimensión y de lugar escapa a nuestra percepción, podríamos decir que no pertenece al mundo porque en nuestro mudo hay extensión y dimensión, el punto pertenece a otra escala del ser más allá del mundo.

Fuente: http://web.educastur.princast.es

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Serie Mandala

Paralelamente a esta instalación, voy realizando otras piezas artíticas en diferentes formatos, trabajando basicamente la figura del mandala.

Esta fascinanción por los mandalas me viene de mi anterior proyecto, en el que la figura del círculo era protagonista. El círcolo como forma perfecta que invita a estar en el centro o en los límites. Los cículos conformaban una serie de microcosmos en los que invitaba al espectador a adentrarse.

Igualmente con estructuras más complejas en los mandalas, siempre partiendo de un centro, como forma meditativa o símbolo repetido en todas las culturas, el mandala se ofrece como una ventana abierta al autoconocimiento.

En esta serie de ilustraciones vectoriales, un total de 12, trato de buscar, mediante las superposición de capas, cierta profundidad. Adentrandome sutilmente en composiciones fractales que se van repitiendo y solapando hasta llegar al resultado deseado.

«Los mándalas son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduismo. Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y soporte de concentración), es generalmente representado como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los iantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mándala.

Por otra parte, la mayoría de las culturas posee configuraciones mandálicas o mandaloides, frecuentemente con intención espiritual: la mandorla (almendra) del arte cristiano medieval, ciertos laberintos en el pavimento de las iglesias góticas, los rosetones de vitral en las mismas iglesias, las chacanas del mundo andino, los diagramas de los indios pueblo, etcétera.

Es muy probable que esta universalidad de las figuras mandálicas se deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de perfección (de equidistancia con respecto a un centro) y de que el perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza (tal como en la tradición helenística lo proponía, por ejemplo, el uróboros).

A su vez, en los rituales mágicos es frecuente la separación de un espacio sacro respecto de uno profano; para esto, en la tradición del ocultismo occidental, se ha recurrido y recurre a los círculos mágicos; el espacio sacro —o al menos el del ritual— es el inscripto en tales círculos que, de este modo, cumplen funciones análogas a los mándalas orientales.

Esta universalidad de los mándalas hizo que el psiquiatra Carl Gustav Jung los privilegiara como expresiones probables de lo inconsciente colectivo. Para Jung, el centro del mándala figura al sí-mismo (Selbst), que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación

fuente: wikipedia

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